top of page
Buscar
  • Foto del escritorRodrigo Herrera

GUÍA DE ARQUITECTURA CDMX SIGLO XX

Actualizado: 12 dic 2019

portada: José Luis Cuevas

un ciudadano visitando la ciudad

El estudio - guía de arquitectura de la ciudad de México - describe algunas obras significativas del siglo XX en la ciudad de México. Narra brevemente la historia de la arquitectura moderna en orden cronológico, desde principios de siglo -1911- , hasta 1985.

Este tema tan importante para conocer las ciudades, queda relegado debido a la poca información difundida - casi nula, si queremos obtenerla gratuitamente -, motivo que otorga validez y vigencia a la difusión de este estudio.

GUÍA DE ARQUITECTURA CIUDAD DE MÉXICO

SIGLO XX

Rodrigo Herrera


Contenido

Durante el siglo XX la ciudad de México ha perdido paulatinamente testimonios de su pasado al ser destruida parte de la producción arquitectónica representativa de nuestro proceso histórico.

Tal es el caso de arquitecturas eclécticas del porfiriato y la Revolución ó más tarde obras como el Cine Encanto y el Museo del Eco, entre otras tantas obras que posiblemente desaparecieron sin que nadie se opusiera. Otros edificios han logrado permanecer relegados en un infame estado de degradación, como por ejemplo el edificio Ermita. El principal motivo de esta indiferencia es la falta de análisis e investigación de la arquitectura moderna en la Ciudad de México. Esto se explica como lo sabemos por el Arq. Juan Segura, por el hecho de que hasta mediados de los años 20 ingresaban a la carrera de arquitectura solamente cinco alumnos por año; y de que la única escuela donde se impartía, era la Academia de San Carlos. La falta de personas que se dedicaran a la investigación de la arquitectura ha dado como resultado que los conocimientos de la ciudad elementales para un estudiante de arquitectura quedan por lo general, en el olvido, en espera de ser descubiertos. Pero más aún, conocer la ciudad, no es prerrogativa de los arquitectos, es de interés para cualquiera de sus habitantes o visitantes.

"La arquitectura es el testimonio

insobornable de la historia.”

Octavio Paz

Este trabajo postula que el entendimiento de la arquitectura en su momento histórico, fomenta la conciencia sobre la importancia de ciertos edificios representativos de cada época, lo que no sólo sirve para evitar su destrucción sino promueve la conservación de los mismos.

Es por esto que esta guía ha sido diseñada para toda clase de lectores, intenta dar a conocer al visitante algo más que monumentos, museos o espectáculos. Es una guía para arquitectos y todos aquellos que estén interesados en la historia de la ciudad, expresada por medio de su arquitectura. Y, lo que tal vez es lo más importante, pretende que los propios ciudadanos se aventuren a conocer su ciudad. La Ciudad de México es merecedora de una muy extensa investigación, que difícilmente se puede abarcar en este estudio, que sólo intenta ser un acercamiento al conocimiento general de nuestra arquitectura en el siglo XX, analizada corno un reflejo de las realidades sociales, económicas y políticas del país. Es importante aclarar que esta guía analiza solamente parte de la producción arquitectónica y aunque el conocimiento de la arquitectura sea propio de cada uno de sus habitantes, no por ello quiere decir que sea pertinente a cada uno de ellos. Para entender esto no debemos hablar de la arquitectura, sino de las arquitecturas, porque así como existen grupos sociales y diferentes culturas, existen, por ende, diferentes arquitecturas. Por un lado la guía analiza las arquitecturas de la Ciudad de México que han sido motivo de crítica, que fueron interpretadas a través de la élite; los grupos en el poder y "la aristocracia", representantes de la "alta cultura" en México.

Por otro lado, la guía narra brevemente la historia de la arquitectura moderna en orden cronológico, de principios de siglo a nuestros días (1911-1985).


2.- Entrevista con el Arq. Juan Segura, realizada por Lilia Gómez

y Miguel Quevedo, en abril 1980


Clasificación de las obras

Para facilitar la explicación se divide la producción arquitectónica en diez estilos que clasifican las obras más representativas de su momento histórico. Los nombres con que se designan los diferentes estilos arquitectónicos, han sido adoptados únicamente para efectos del presente estudio. Los capítulos de la guía están organizados de manera que se complementan entre sí. Por ello no se recomienda la lectura de capítulos aislados, ya que quedaría incompleta la información. Las fotografías ilustran algunas obras representativas del estilo.


INTRODUCCIÓN

El 31 de mayo de 1911, el general Porfirio Díaz decía adiós a México en el Puerto de Veracruz, al embarcarse en el Ypiranga, y al abandonar para siempre la patria que lo vio nacer. Habían pasado seis días de que presentara su renuncia en la Ciudad de México y treinta y cuatro años de que hubiera asumido la primera magistratura. La época inmediatamente anterior fue un periodo ininterrumpido de gobierno dictatorial paternalista; periodo de paz interna, de control político absoluto, de drástica diferenciación de clases, de notoria influencia extranjera y, en términos generales, de confianza en el progreso, en la ciencia y en la técnica. Paralelamente se cometían graves injusticias sociales lo que fermentaba inquietudes políticas y aumentaba la presión de las masas populares. Razones todas que habían de conducir al violento proceso revolucionario que conformara la vida del país de 1910 hasta nuestros días. El 20 de noviembre, seis meses antes de la partida de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero iniciaba la rebelión armada a través de la cual daría comienzo a la Revolución. Y no fue sino hasta el 1° de septiembre de 1928, a los cuarenta y tres días del asesinato de Álvaro Obregón, que Plutarco Elías Calles daba un aparente giro a la política nacional cuando las instituciones, formadas por diferentes sectores, fueron al fin reconocidas oficialmente. Con la muerte del general Álvaro Obregón, último caudillo, se daba término a la reelección y al asesinato como medios de alcanzar la presidencia de la República. Seis meses después, el 14 de marzo de 1929, nacía el Partido Nacional Revolucionario en la ciudad de Querétaro, en el mismo sitio en el que fue promulgada la Constitución de 1917.


NEOCOLONIAL

El fin del porfiriato y los diferentes movimientos revolucionarios causaron vacíos políticos e inestabilidad social y económica. Entre 1910 Y 1920 la Ciudad de México no presentó casi ningún crecimiento. La construcción quedó prácticamente paralizada. Años antes de que empezara la Revolución (en 1904), encontramos la última y más grandiosa empresa del porfiriato: el Palacio de Bellas Artes, adorno de un régimen que agonizaba y expresión del ideario ecléctico ya amenazado por una visión nacional de la arquitectura. En el régimen de Porfirio Díaz tenemos antecedentes de búsqueda de identidad nacional. El maestro Altamirano dice en su doctrina (1868) que nuestras letras, artes y ciencias necesitaban nutrirse de temas propios y de temperamentos de nuestra realidad, que lograran ser una expresión real del pueblo y un elemento activo de integración nacional (Historia General de México, El Colegio de México). El Arq. Federico Mariscal (en 1913) y el Arq. Acevedo (en 1914) se proponen crear una arquitectura con identidad nacional. Sin embargo, estos esfuerzos no tuvieron eco, sino hasta el año de 1917, cuando las normas constitucionales reunieron los principios básicos de la ideología de la Revolución. El Arq Israel Katzman menciona que durante el gobierno del General Venustiano Carranza se decreta una Ley de exención de impuestos a los que construyeran en cantera y tezontle. Podemos decir que éste fue el primer intento oficial de apoyar a una arquitectura nacionalista.

En esta época de búsqueda de identidad nacional prevalecieron dos posturas, ahora prácticamente fusionadas en una sola. Ambas surgían de las raíces de nuestra cultura; la postura que aceptaba las culturas prehispánicas y la que adoptaba la cultura de la Colonia. Las obras construidas bajo la influencia de los estilos de la Colonia, son de carácter institucional y en su mayoría emplean cantera y tezontle. Son las que en este estudio llamamos de estilo neocolonial. Ya a principios del presente siglo, gente como el Arq. Manuel Gorozpe o el Arq. Samuel Sánchez, hacen construcciones neocoloniales aun dentro del régimen del general Porfirio Díaz (1905-1911). A pesar de estos antecedentes no es sino hasta 1920 (año en que Álvaro Obregón asume la presidencia), que se consolida la cultura de la Revolución Mexicana. El máximo exponente de estos cambios es el Lic. José Vasconcelos (1922), quien pretendía integrar una arquitectura mexicana basada en la fusión de la cultura indígena e hispánica.


"La función de la Cultura de la Revolución Mexicana

ha sido la más de las veces ir legitimando al régimen

en turno adoptando una atmósfera flexible y adaptable

a las diversas circunstancias políticas ".

Carlos Monsiváis


A partir de 1922 el nacionalismo maduró lo suficiente para construir en estilo neocolonial, a pesar que en esta época todavía existieron los nostálgicos del porfiriato que continuaron realizando obras de arquitectura ecléctica, como los proyectos que se realizaban en la

Academia de San Carlos. El estilo neocolonial fue aplicado en un principio y en general, a edificios públicos que de esta manera legitimaban la ideología del régimen de la Revolución. Los materiales simbolizaban la permanencia. El estilo en sí, se consideraba como "nuestra cultura". La finalidad del Estado era legitimar con la política cultural, la ideología de la Revolución. Es por esto que vemos otras artes, por ejemplo la pintura, como un apoyo más en las edificaciones del Estado. En los edificios del estilo neocolonial vamos a encontrar generalmente murales; pero en esta época, en diferencia a la arquitectura que trataba de rescatar las dos culturas, mediante la fusión, el muralismo buscaba revalorar lo popular y rescatar el mundo prehispánico. Podemos decir que el único móvil del estilo neocolonial fue su función "política"; no se actualizó una arquitectura, sólo se copió fielmente el estilo colonial.








ART DÉCO


El Art déco lo ubicamos en la Ciudad de México aproximadamente entre los años 1926 a 1940. Esto quiere decir que se desarrolla paralelo al neocolonial y al racionalismo heroico, lo cual resulta natural porque como ya se mencionó, los ideales del sector privado eran diferentes a los del Estado, cuyas obras tenían una lógica distinta. Es la geometría la que caracteriza al Art déco, relacionada con las culturas prehispánicas, así como la escuela cubista que en esa época habría de causar un gran impacto. Es imposible entender las actitudes y experimentos de la arquitectura del siglo XX, sin conocer el patrón de ideas de los precursores, del siglo XIX. En el siglo XIX surgieron nuevas ideas en arquitectura dentro del contexto de la ingeniería por el desarrollo de la industrialización de nuevos materiales en los edificios, el uso del acero en elementos estructurales. etc. La historia de la arquitectura del S.XX, está enraizada en la tecnología del S. XIX. De cualquier manera los conceptos más revolucionarios que se lograron en la arquitectura moderna estaban fundamentados en la funcionalidad, en la utilidad, en la belleza surgida de las relaciones formales sin ornamentación, en estructuras que no se comprometían con estilos históricos, en formas que surgirían de la función. El desarrollo que este movimiento tiene en la Ciudad de México, a principios de siglo, ya se había señalado en la introducción del estilo internacional. Sin embargo, a partir de 1926, aparece en la ciudad de México, como una modificación del estilo internacional, el Art Decó. Si bien encontramos ejemplos en las obras del Estado, su principal promotor fue el sector privado. El estilo que ahora conocemos con el nombre de Art déco, ha sido llamado así desde la exposición de París de1966. Pero su vigencia surgió de la exposición de Artes Decorativas (también en París), en 1925. La geometría de la cual parte el estilo Art déco, se relaciona, como ya se dijo, con las culturas prehispánicas, por lo que hubo quienes pensaron que se había encontrado la verdadera arquitectura mexicana en este etilo (tal es el caso de Diego Rivera), y es debido a esta relación que no resulte extraño que el gobierno adopte este estilo en algunas de sus obras; sin embargo el Art déco no fue un movimiento nacional. Fue una corriente internacional que alcanzó su máximo desarrollo en Europa Occidental y en los Estados Unidos En Europa, en 1910, ya se veían resultados de las exploraciones que tanto Picasso como Braque realizaron en torno a la pintura cubista. El cubismo causó hondo impacto. Además de propagarse rápidamente, fue el principal protagonista de los cambios en los estilos existentes y aun en la creación de nuevos estilos. Una de las repercusiones casi inevitables fue la de un arte que conmemoraba la maquinaria de expansión industrial alrededor del mundo. Los principios geométricos de la pintura cubista creaban analogías con las formas de las máquinas. En el Art déco, la máquina como instrumento de expansión industrial es más perceptual que real, es decir, el sentir del desarrollo de las fuerzas productivas como nunca antes en la historia, creaba un sentimiento de rapidez al cambio. El Arq. Alejandro Aguilera refiere a aquella época como el momento justo para proyectar utopías estéticas sobre el futuro, estéticas que se realizaron mediante una idealización del progreso que se estaba experimentando. Y sostiene que en este contexto lo menos a lo que se podía aspirar, era a vivir como

Flash Gordon (personaje de las tiras cómicas). El cubismo es también antecedente del estilo internacional, pues la maquinaria cubista difundida por Fernand Leger, guarda relación con la variante del cubismo llamada purismo, que se desarrolla alrededor de 1918 por el pintor y arquitecto Charles Edouard Jeanneret (Le Corbusier) y el pintor Amedée Ozenfant, en su manifiesto titulado después del cubismo, publicado en 1918. En su pintura ellos aspiraban a la simplificación de las estructuras en arquitectura y a la eliminación de decoración ornamental. Para ellos la máquina se convertía en el símbolo perfecto por su pureza funcional; en los principios de su arquitectura Le Corbusier piensa en la casa primero como una máquina para habitar. Este comentario viene al caso porque puede aclarar la diferencia que guarda el Art déco con el estilo internacional, pues el Art déco aunque se basa en los mismos principios geométricos del cubismo, no llega al grado del purismo. Además de permitir la ornamentación, el Art déco es un estilo esencialmente ecléctico, no solamente por abstracciones de arquitecturas exóticas (de lo cual quedan muchas dudas), sino también por las relaciones formales que guarda con modas, objetos u otras artes. En el desarrollo que tuvo el Art déco en la Ciudad de México, podemos distinguir dos tendencias: Dentro de la primera podemos clasificar aquellas obras que utilizaban los medios industrializados en la construcción, (generalmente obras de gran envergadura, véase el edificio de Seguros La Nacional). Su esencia es la forma

fundamentada en la abstracción de la geometría, con lo cual se alcanza una apariencia aerodinámica en los edificios.

Dentro de la segunda consideramos obras de menor escala,

Por la imposibilidad del uso de medios industrializados, las formas se logran por medio de la ornamentación, esto es, de manera artesanal,

Sus promotores son en general gente de clase media que aspiraban actualizarse en la era de la modernización

a través de la moda.

La primera colonia que adopta este estilo en la Ciudad de México, es la Colonia Hipódromo Condesa.

















RACIONALISMO HEROICO


Podemos ubicar la declinación del estilo neocolonial en la época que comienza la derrota de dos personajes políticos que habían fomentado el proyecto nacionalista. El 17 de julio de 1928 el General Álvaro Obregón presidente electo, fue asesinado por León Toral; un año más tarde, el Lic. José Vasconcelos era derrotado en la campaña electoral para la presidencia de la República. La ideología de la Revolución se veía afectada por nuevos cambios; México entraba en una era que demandaba et desarrollo de las fuerzas productivas. Claro está que estos ideales de modernización respondían en el fondo a factores económicos, sociales y políticos. La economía del país, que había crecido entre 1925 y 1929, se ve seriamente amenazada por la disminución de exportaciones que afectaba directamente a los sectores petróleo, minas y agricultura, debido a la gran depresión de 1929. La población de la Ciudad de México, que en 1920 era de 662 000 habitantes, para 1930 había aumentado a 1 049 000 (estadísticas de el Colegio de México). Era inminente la carencia de servicios: viviendas, escuelas, hospitales, etc., que padecía la ciudad. El Partido Nacional Revolucionario que se formó en 1929 como partido integrador, pretendía también ser un gestor de las necesidades del pueblo y un abogado de las demandas populares. Para resolver dichas demandas era necesario industrializar la construcción. Las circunstancias del país proporcionaban, en este momento de la historia, un ámbito fértil para los postulados del movimiento moderno que ya se había gestado en los países desarrollados, con la diferencia de que en México se tomaba con un sentido estrictamente social; no había lugar para la belleza en la arquitectura. Esta arquitectura racionalista creó tales polémicas, y se manejó de manera tan estricta la palabra racionalisrno (como en ninguno de los países en que se había desarrollado este movimiento), que logró romper drásticamente con las tradiciones culturales del país. Por ello hemos de llamarle (exclusivamente para la clasificación de este estudio) racionalismo heroico, nombre que parece ser el adecuado por el atrevimiento de cambio. Podemos situar los orígenes del racionalismo en México, en las reformas educativas emprendidas por el Arq. José Villagrán, que en 1926 empieza a impartir sus clases de teoría en la Academia de San Carlos en busca de una arquitectura acorde al momento histórico. El Arq. José Villagrán, aunque fue uno de los vanguardistas del racionalismo en México, nunca aceptó el divorcio entre utilidad y belleza; trabajó en el departamento de Salubridad Pública hasta el año de 1935. Uno de los mejores antecedentes en la ciudad de México en relación a este tipo de obras, es la casa que el arquitecto y pintor Juan O'Gorman construye a su padre en San Ángel Inn -1929-. Dos años más tarde construía, colindante a ella, la casa estudio de Diego Rivera (actualmente Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo). Es por su concepto de arquitectura realizada en estas obras que en 1932 se le invita a trabajar como jefe del departamento de Arquitectura de la Secretaría de Educación Pública, año en el cual se construyeron 24 escuelas y se repararon otras 29.

O'Gorman ocupa este puesto hasta el año de 1935.


"Noble arquitectura técnica, arquitectura que es la verdadera expresión de la vida y que es

también la manifestación de los medios científicos del hombre actual. Que es aquella que está en armonía con el mundo físico y químico descubierto por el hombre, que es el resultado de la investigación científica. Arquitectura que si fuéramos sencillos, nos bastaría para encontrar en ella toda la belleza de expresión de nuestra época"

Juan O'Gorman


En 1932, el racionalismo hace su aparición en la construcción de vivienda de interés social cuando el Arq. Juan Legarreta construye en Balbuena, casas para obreros. El Arq. Legarreta no aceptaba que se hablara de estética en la arquitectura mientras las mayorías vivieran en jacales. Para él la importancia de la arquitectura radicaba en dotar de viviendas al pueblo. Legarreta trabajó en la sección de proyectos del Departamento de Edificios de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. En 1933, en la conferencia de la Sociedad de Arquitectos, Juan O'Gorman, Juan Legarreta y Álvaro

Aburto, postulaban sus ideas racionalistas. Su postura no fue aceptada, se defendió más bien la búsqueda de una arquitectura contemporánea, integral.



ANTECEDENTES DEL ESTILO INTERNACIONAL


En el transcurso de la historia los avances tecnológicos siempre han propiciado cambios importantes en la producción arquitectónica. Esto demuestra que la tecnología ha sido (y es) uno de los principales instrumentos para la reinterpretación del lenguaje arquitectónico. En la Ciudad de México los primeros ejemplos de obras relacionadas a los avances tecnológicos aparecieron a principios del siglo: grandes almacenes ó edificios de oficinas. Se considera que la época moderna en México principia con la industrialización -1877 -, principalmente en fábricas de papel y de aceite, en las imprentas, en manufacturas de tabaco y más tarde en fábricas de vidrio, cemento, acero, etc. El intercambio mercantil de estos productos se concentró en la Ciudad de México así como las gestiones de empresas tanto públicas como privadas y los sistemas de transporte que comunicaron al país con el exterior. Asimismo se permitió el libre acceso de capitales extranjeros - 1877 -1911 -. Estos son algunos de los motivos que propiciaron la centralización del país, así como su dependencia con el exterior. Sin embargo, la República Mexicana no era a principios de siglo un país en vías de desarrollo, sino un país atrasado. Paralelamente y varios años antes, en los Países desarrollados se venían suscitando avances tecnológicos que produjeron cambios importantes en la arquitectura, propiciados a partir de la revolución industrial, como ejemplos están: la invención del concreto y del acero; Joseph Paxton – Londres - con la construcción del Palacio de Cristal -1851-; el puente Truyere de Gustave Eiffel -1884-; las obras de Burnham and Root, Louis Sulliván, Williams Le Baron Jenny, y otros arquitectos que integraban la escuela de Chicago. -entre otros- Esto reafirma la importancia de la tecnología como uno de los factores determinantes para el desarrollo de las arquitecturas. A principios del siglo XX, la influencia extranjera se reflejó en las obras

principalmente del sector privado.

"Con el término dependencia nos referimos a una situación inmersa en la cual la economía de ciertos países queda condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía de la cual es sujeto. Los países dependientes sólo pueden lograr su crecimiento y autonomía como reflejo de la expansión de los países dominantes. "

Chillote y Edelstein, 1974


NEOCOLONIAL TARDÍO


A partir de 1935 la Ciudad de México experimenta nuevamente el interés por las construcciones en estilos de la época de la Colonia, a diferencia del estilo neocolonial que había surgido como búsqueda de identidad nacional y una manera de

legitimar los postulados de la Revolución; ahora este estilo resurgía

con mayor fuerza, principalmente en la construcción de casas-habitación del sector privado. No fueron construcciones en cantera y tezontle; los temas cambiaron. Apareció el neoplateresco, el neobarroco, el neochurrigueresco e incluso la mezcla de estos estilos. Este estilo principalmente

habitacional es al que llamaremos, para efectos de este estudio, neocolonial tardío.

Veamos cuales fueron las circunstancias que permitieron la :

difusión de este movimiento que en

sus principios se dio en los fraccionamientos de Reforma Heights ( actualmente Lomas de Chapultepec), y la colonia Polanco, alcanzando tal popularidad

en la Ciudad de México, que

difícilmente podemos desconocer su existencia. Durante el régimen del General Lazaro Cardenas, a pesar de las difíciles circunstancias que se presentaron a raíz de la expropiación petrolera, la situación del país empezó a mejorar notablemente por la estabilidad política lograda a través del partido de la revolución mexicana. A partir de 1940 ( principalmente a causa de la segunda guerra mundial), el país consolida una base industrial moderna, que logró mantener un ritmo de crecimiento hasta 1980. La población en la Ciudad de México, que en 1940 era de 1’ 560, 000

habitantes, para 1950 había aumentado a 2’ 872, 000

(Estadísticas de El Colegio de México).

A principios de los años 30 la zona centro de la ciudad se consolidó como el lugar sagrado del consumismo, donde se encontraban grandes almacenes, tiendas, bancos, edificios de oficinas, restaurantes, centros de diversiones, etc.

La gente emigraba de la zona centro hacia la periferia de la ciudad en busca de nuevas zonas habitacionales, así se vendieron a fraccionadores las grandes haciendas de las que surgió la mayoría de las colonias que ahora integran la ciudad de México.

A partir de 1928 se dieron los primeros antecedentes de urbanización, cuando el Ing. José Luis Cuevas trazó el fraccionamiento Reforma Heights, donde ubicamos los primeros ejemplos del neocolonial tardío. En 1936, cuando el Ing. de la Lama hizo la primera traza de urbanización de

la colonia Polanco, se notó un claro predominio de construcciones en Neocolonial tardío, que prevaleció aproximadamente hasta 1946. Reforma Heights y la Colonia Polanco fueron parte de los terrenos de la llamada Hacienda de los Morales. Curiosamente el principal móvil que dio origen a este estilo fue la influencia de los medios masivos de comunicación, principalmente el cine. ( El cine es el Unico nuevo arte que insistió desde sus inicios en ser reconocido como industria ).

Antes de la segunda guerra mundial, la industria del cine y la petrolera fueron los principales

recursos que causaron la extendida conurbación de Los Angeles, Cal. Es importante mencionarlo porque fueron las casas de las estrellas de cine las que establecieron la norma a imitar, con la diferencia que en Norteamérica estas residencias influenciaron a las clases medias y en la Ciudad de México, a los estratos adinerados de la sociedad. El fenómeno que se presenta en la construcción de casas de las estrellas hollywoodenses es complejo, pues los estilos adoptados por ellas provienen de arquitecturas vernáculas o populares, lo cual nos llevaría a pensar que las estrellas de cine querían participar de la cultura de sus públicos, apropiándose de estilos de diferentes estratos sociales a los cuales no pertenecían. Sus casas están envueltas en símbolos del pasado, sin análisis que permita llegar a una arquitectura con seriedad historicista: inclusive mezclan diferentes estilos. Es posible que de esta manera las masas se sintieran más identificadas con sus artistas y pretendieran alcanzar este ideal a través de la construcción de casas similares que en el fondo contenían ideologías acordes a ellas y que de otra manera no hubieran sido motivo de influencia en su forma de vivir. Esto se aclara en las analogías de esquemas arquitectónicos entre fraccionamientos como el de Reforma Heights y los de Bel Air o Beverly Hills. Casas sueltas como islas en sus terrenos, con jardines al frente en donde la vegetación es la que recorta el área privada de la calle de dominio publico, manejo que se utiliza porque las casas de los Angeles, Cal. en general, no tienen bardas; en México las bardas se cambiaron por rejas que permitían ver el frente de las casas. En la parte posterior, se ubica la zona de fiestas, de albercas, de tennis, etc. Es así que en las Lomas aparecen residencias con influencias de todos los estilos, lo mismo inglés que afrancesado o georgiano, junto con todos los estilos posibles; también aparece un estilo Colonial ( reinterpretado en California que al igual que otros estilos, no pretendió ser un serio ‘‘revival’’, sino mas bien un símbolo de status social, (“vivo como las estrellas de Hollywood”). Y claro, estas construcciones contenían todas las implicaciones de la ideología norteamericana en su funcionamiento; la pretensión de estilo era formal. Sin embargo, las transformaciones que sufrió el estilo colonial español, resultaron interesantes. A pesar de la mezcla de estilos la homogeneidad perduró dentro del contexto urbano, lo cual se logró también por la posición de las casas, así como por la similitud de alturas. Por las dimensiones de los terrenos el fraccionamiento Reforma Heights, había permitido tener las casas sueltas. Esto se dificultaba en Polanco por las dimensiones notoriamente mas pequeñas razón que no fue un obstáculo para los usuarios, ya que no parece casualidad que las obras se

construyeran en paquetes de dos casas aparentando ser una sola, en gran terreno ( véase foto aérea, Polanco 1948). La enorme expansión que tuvo el neocolonial tardío parece reafirmar

la hipótesis de que el cine norteamericano de aquella época logró influenciar los ideales de vivir con contenidos formales congruentes a las tradiciones de los pueblos.






RACIONALISMO NACIONALISTA


Parte de la producción arquitectónica de los años 50, se refleja en el interés por sellar los edificios con cliches que identificaran al país con una cultura propia. Se menciona lo de sellar porque los esquemas arquitectónicos (no urbanos) eran ya producto de las influencias surgidas con el estilo

internacional, aunque con el sello de identidad nacional.

En el presente estudio llamaremos racionalismo nacionalista a las obras que tuvieron la preocupación de darle un acento nacionalista al estilo internacional. La producción de este estilo que se dio en aquella época, resulta importante y significativa porque se aplicó, en su mayoría, a edificios con contenidos culturales. A diferencia de otros estilos, como el neocolonial que apoyaba la arquitectura nacionalista en la fusión de la cultura indígena e hispánica, el racionalismo nacionalista busca sus orígenes nacionales en las culturas prehispánicas que en general han tenido mayor éxito en el exterior del país como representativas de nuestra cultura. Sin embargo, se separa del estilo que únicamente para efectos de este estudio, hemos llamado neoindigenismo, por las diferentes circunstancias en las que se llevó a cabo su producción y que se explica en el capitulo referente. Seria imposible entender las circunstancias que dieron como resultado esta arquitectura nacionalista, sin el previo conocimiento de nuestra historia. Por ello debemos tener presente las diferentes circunstancias sociales, políticas y económicas, así como los planteamientos arquitectónicos que se han analizado en los capítulos anteriores, para entender como llega a estructurarse este estilo.

Uno de los motivos que da lugar al cambio en la arquitectura de los años 50, es que ya existía un serio cuestionamiento del estilo internacional que en México, como ya se mencionó, tuvo un desarrollo literalmente racionalista. Entre 1948 y 1952, el Arg. Juan O'Gorman construyó su casa en el Pedregal de San Angel, basándose en una arquitectura orgánica. Lo interesante de esto es que O'Gorman había sido uno de los más importantes precursores del racionalismo. Sin embargo, en 1976 escribe en el número 112 de Arquitectura en México, que esa obra (su casa),

nació como una protesta contra la “moda académica’’ que imperaba en México y se manifestaba en los edificios del llamado estilo internacional. Continúa diciendo que realizó su casa con el propósito de que fuera un grito de protesta en favor del humanismo, dentro del desierto mecánico y tecnológico de nuestra ‘‘maravillosa civilización”. En la construcción de Ciudad Universitaria, erigida en 1952, se ve la respuesta a las búsquedas nacionalistas que se venían planteando desde la Revolución. De manera natural se conjugan los medios artesanales, y los adelantos del país, con los esquemas funcionalistas del movimiento moderno y, en la ornamentación, con la tradición que tiene fuertes raíces en los siglos antes y después de la Conquista y que ha acuñado así su marca en la arquitectura moderna del país. Así se abandonaron las limitantes que habían tenido los pasados 20 años, para cubrir todas las superficies posibles de mosaicos, murales y relieves con temas de realidades sociales abstractas, integradas a la arquitectura. En algunos casos (SCOP), el desmedido uso de los materiales condujo esta tendencia hasta el absurdo. Sin embargo, en casos como el de Ciudad Universitaria, podemos decir que se vio florecer la arquitectura mexicana contemporánea.








ESTILO INTERNACIONAL

La ciudad de México es de las primeras en Latinoamérica en adoptar aspectos del estilo internacional. Recordemos que ya a principios de

siglo encontramos antecedentes de este estilo y a partir de mediados de los años 20 lo podemos considerar como la arquitectura oficial del país.

Para motivos de este estudio vamos a considerar dentro del estilo, aquellas obras que se realizaron aproximadamente a mediados de los años 30 hasta principios de los años 50 Esto no debe causar confusión; las

influencias que el estilo internacional tuvo en la arquitectura de la ciudad de México antes del periodo mencionado y aun en el mismo, se han analizado en los capítulos del Racionalismo heroico, Art Deco,

Neocolonial tardío, y Racionalismo nacionalista. Con las obras que ahora

se presentan se concluye la producción arquitectónica hasta mitad de siglo. A diferencia del racionalismo nacionalista, el estilo internacional no integra la plástica a la arquitectura y con ello no permite los medios artesanales en la construcción. El ideal en aquel momento era internacionalizar la arquitectura dentro de un contexto nacional, considerado a partir de la solución de los problemas sociales y urbanos y dejando a un lado el contexto de las tradiciones culturales. Esto fue posible porque una de las principales características del estilo internacional fue que se prestaba admirablemente a la planeación urbana y la construcción de edificios de gran escala por sus bajos costos. Otra característica del estilo son los nuevos conceptos de organización espacial, particularmente la fluidez de los espacios interiores. El estilo internacional fue el trampolín o la arquitectura de transición

para la producción arquitectónica de la segunda mitad del siglo XX en la Ciudad de México.










MOVIMIENTO MODERNO


Durante el periodo de 1950 a1980, la arquitectura moderna se expandió rápidamente en la Ciudad de México. La mayoría, si no es que casi todos los edificios erigidos son clichés del estilo internacional. Estas obras contienen una aparente superficie de modernismo incorporando dentro de estructuras tradicionales. Estas obras son en general una serie de experimentos aislados que eventualmente han sido transformados en clichés académicos (cabe mencionar que, sin ninguna seriedad historicista comparable a lo hablado sobre Los Ángeles, Cal. En el estilo neocolonial tardío). Hay que señalar que ésta practica arquitectónica no ha sido únicamente a nivel nacional. Prácticamente en cualquier parte del mundo, vemos estos edificios en pequeña o en gran escala, pero difícilmente podemos reconocer la diferencia entre unos y otros. Esto es natural, pues durante este periodo la creación de nuevas ideas en la arquitectura se ha convertido en una dificultad a causa de la fertilidad de sus precursores, y en parte por los medios de patrocinio. Se puede decir que hasta finales de los años 40 los arquitectos trabajaban aislados, cuando mucho, en pequeñas sociedades. Sin embargo, el gran numero de arquitectos que fueron surgiendo, así como la diversificación de especialidades, generaron paulatinamente un nuevo sistema de trabajo, que convirtió al arquitecto en un asalariado dentro de consorcios en donde su trabajo es impersonal y anónimo; en general desconoce tanto al usuario de la obra como al cliente que lo contrata, y eventualmente a

los mismos diseñadores. Este fenómeno se ha ido acentuando en nuestros días. La causa se debe a la gran expansión industrial que se presenta a partir de 1945, tanto en la arquitectura doméstica como en la gubernamental. Nunca hubo una expansión comparable en crecimiento urbano, y por lo tanto en construcción de viviendas para las masas y en otras áreas de la arquitectura dedicadas a diversos problemas que no habían sido tratados en épocas anteriores. Los arquitectos de la segunda mitad del siglo XX, tuvieron incomparables oportunidades de trabajar en diseño contemporáneo, pero paradójicamente pocas oportunidades para presentar soluciones a los

problemas mas urgentes: investigación, cinturones de miseria, congestión

urbana, transporte, etc. Esta falta de planeación ha tenido

como resultado la toma urgente de decisiones que no siempre han podido

resolver o dar respuesta a problemas, como en el caso de los ejes viales.

Sin embargo, los cambios producidos durante este periodo se suceden tan rápidamente y el número de arquitectos y obras de arquitectura son tan numerosos, que el tratar de generalizar o de concluir de manera exacta en lo que ha venido sucediendo, es casi imposible. En principio debemos recordar que hasta 1940, Paris había sido la capital mundial del arte. Movimientos como el futurismo italiano, el expresionismo el stijl en Holanda, o el constructivismo ruso, tuvieron sus orígenes e influencias en Paris. Pero después de la segunda guerra mundial, las mayores influencias del arte surgieron en los Estados Unidos. Esto se debió a la

emigración de arquitectos a los Estados Unidos, como Mies van der Rohe, Gropius, Le Corbusier; emigración debida, principalmente, a la segunda guerra mundial. Lo anterior, sumado a las condiciones de dependencia y a una mayor relación con los Estados Unidos son factores que deberemos tener presentes para poder entender la expandida colonización norteamericana que la Ciudad de México sufrió durante el periodo 1960-1980. Ya se mencionó que, a partir de 1940, el país mantenía prácticamente el mismo ritmo de crecimiento económico hasta el año de 1980. Esto fue posible principalmente por la estabilidad política que había en el país: el mismo partido lo gobierna ininterrumpidamente, desde 1940. Es decir que desde el General Manuel Ávila Camacho hasta el Lic.

Miguel de la Madrid (quien ocupa la presidencia a partir del 10. de

diciembre de 1982), solamente los candidatos postulados por este partido, han llegado a la presidencia. Esto ha proporcionado al país un acelerado crecimiento. Permitiendo la diversificación de la economía y estabilidad social, ya que los descontentos que han estallado en este periodo han obtenido como respuesta del gobierno la represión abierta.

El régimen de Miguel Alemán (1946-1952), se caracterizó por un proteccionismo incondicional a la empresa privada, lo cual produjo un acelerado proceso de industrialización. Como consecuencia, el crecimiento de la Ciudad de México se extendió a partir de 1950 hacia cuatro direcciones siguiendo la orientación de las principales vías de acceso

a la ciudad: las autopistas de Puebla, Querétaro, Toluca y Pachuca.

Para entender cómo se desarrollan los fraccionamientos, los centros comerciales y la diversidad de estilos que se plasman en las casas - habitación, debemos analizar la ideología de las clases medias mexicanas. Podemos partir de hipótesis marxistas sobre la proletarización de las clases medias o sobre su aburguesamiento. Lo que resulta claro es que estas teorías no se fundamentan, ya que lo que sucedió fue una fusión de ideologías de las clases medias con la gran burguesía, a causa de los medios de comunicación masiva, compenetrados con la mercadotecnia y la publicidad. Así resulta que de alguna manera las clases medias definen su estatus por la capacidad de consumo. Sin embargo, aunque las clases medias pretendan ser burguesas, la realidad es otra. En general se puede decir que la clase media mexicana ha permanecido a histórica ante los problemas políticos y sociales inmersa en la dependencia norteamericana. De un modo opuesto a las construcciones de neocolonial tardío en Polanco, obras que habían tomado formas congruentes con la ideología de la gente, los sistemas publicitarios y comerciales no pretendieron producir obras con arraigo con las tradiciones de los usuarios. Los principales promotores de estos fraccionamientos que fueron desarrollados por la iniciativa privada fincaban sus intereses en la especulación con la tierra y con la construcción. Estas obras cambian los contenidos sociales e incluso su función queda relegada dando prioridad a las formas de caprichos individuales, resultado de una sociedad que permaneció a histórica. El resultado final de esta arquitectura es algo así como un huapango urbano. Parte del fenómeno deriva de las medidas que restringieron al crecimiento de áreas industriales en la ciudad por los años 50. La planeación del crecimiento urbano, que se debía haber llevado en colaboración con los Estados, fue casi inexistente por lo tanto las industrias que aparentemente se sitúan fuera de la ciudad (principalmente en Naucalpan y Tlanepantla), dan como resultado las conurbaciones con los municipios periféricos, creando la actual zona metropolitana y sus problemas de destrucción y contaminación del medio ambiente. Entre 1960 y 1970, la parte conurbada del Estado de México aumenta su población de 233 000 habitantes a 1’700,000. La traza de la Ciudad de México que tenia más analogía con las ciudades de Europa del siglo XVIII crece precipitadamente con esquemas fundamentalmente norteamericanos. El ejemplo más claro de esta traza es Ciudad Satélite, fraccionamiento que centraliza sus abastos y servicios con el concepto de los “MALLS” en los Estados Unidos de América, del que, surge Plaza Satélite. Mas tarde surgió el fraccionamiento Bosque de las Lomas con su respectivo “MALL” en Plaza Bosque de las Lomas. Actualmente estos centros Comerciales se encuentran esparcidos en toda la zona metropolitana: Plaza Universidad, Perisur, Plaza Polanco, Plaza Galerías, Plaza Coapa, Plaza Inn.


“El discurso de los grandes ideales de la Revolución Mexicana, que

efectivamente logró movilizar a las masas desposeídas (que no tenían

posibilidades de consumo), y a la burguesía que quería conquistar su

propio país, hoy en día no tiene significado para las Clases medias, cuyos ideales y cuyo destino se juegan en el trayecto contaminado de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, en el ámbito de las grandes urbes congestionadas”

“LA CRISIS, las pequeñas cosas de la vida”

Raúl Olmedo, Excélsior, enero de 1985


De este afán individualista en la construcción van a surgir obras que en este estudio se mencionan como expresionismo abstracto, que no es tanto un estilo como una idea. Estas obras no tienen mucho en común, excepto que son obras con aciertos individualistas y con expresiones ya sea en la abstracción de la geometría o a base de texturas y colores en términos de símbolos o imágenes abstractas. Los estilos individualistas que se desarrollaron en este periodo, se extendieron más allá de la construcción de casas habitación; también fue aceptado en obras de gran escala. Esta arquitectura es una degeneración del estilo internacional; los promotores en calidad de comerciantes, bajo pretexto de sus postulados, buscaron obtener el máximo beneficio con los mínimos costos de inversión. Las tradiciones se olvidaron, la ciudad fue relegada de su proceso histórico, los arquitectos pasaron a ser decoradores de funcionamiento de plantas, o eventualmente traductores de edificios realizados en Europa o en Estados Unidos de América. Los edificios se forraron de espejos o paneles prefabricados, las orientaciones se olvidaron a causa de los equipos de clima y la tarea más ardua del arquitecto pasó a ser la de administrador. Estos edificios surgieron como emblemas comerciales; sus ambientaciones interiores son producto de expresiones abstractas, espacios y formas llenas de símbolos o imágenes que permiten la realización del fugaz sueño de los encantos de la burguesía. Estas obras surgieron principalmente en Reforma, Insurgentes, Palmas, Polanco, fuera de algunas obras aisladas de gran escala como la torre de PEMEX o el edificio de mexicana. (Estas dos obras fueron construidas con estructuras de acero importadas en su totalidad de los Estados Unidos de América). Sin embargo, la expansión de este lenguaje se ha repetido en toda la ciudad. En el mismo periodo aparecieron obras de otro tipo, las que por su intención de depurar las estructuras de concreto, merecen ser caracterizadas como neobrutalistas. Ellas reflejan una mayor preocupación por el diseño, y en algunos casos, incluso rescatan ciertas

características de nuestra arquitectura, como el patio. Estas obras pretenden tener un estilo individual. El arquitecto busca una imagen con la cual identificarse.


“los maestros de la arquitectura

moderna son ya igual que Coca-Cola,

la Xerox y la Ford, productos de

consumo con estilo propio y empresas

con imagen identificable”

Charles Jencks

El lenguaje de la arquitectura

postmoderna.


Finalmente mencionar aquellas obras que se han erigido como alardes tecnológicos, y valga esto para remitir nuestro sincero reconocimiento a aquellos ingenieros sobre todo a los de mecánica de suelos, como los ingenieros González Flores y Leonard Zeevard, que han hecho posible los avances constructivos en este nuestro suelo montado sobre un lago y la falla de San Andrés, características que hacen tan peculiar la construcción en la Ciudad de México.


“Mi ciudad es chinampa en un lago

escondido…”

Mi Ciudad, Guadalupe Trigo




MINIMALISMO

Consideramos con el nombre de estilo minimalista a aquellas obras que tuvieron su fuente de inspiración o su influencia en las arquitecturas populares o vernáculas, principalmente en casas construidas al norte de África, en los pueblos blancos de España, en las casas árabes o en la provincia mexicana. Sin embargo, en México es mayor la influencia que ejercieron las haciendas y los conventos en el estilo, estilo que llena las obras con texturas, colores y muros desnudos, tan propios de las culturas populares. Pero su principal característica no es la formal. Su esencia está en el manejo artístico de la luz, de las texturas, de símbolos e imágenes abstractas que evocan las tradiciones; el manejo de la relación de las obras con el contexto, con la naturaleza, con los jardines e incluso con la música, la poesía, la pintura y la escultura. Se ha dicho que estas obras son símbolo del “nacimiento” del nacionalismo en México. Con esto nos podemos dar cuenta del gran impacto que esta arquitectura ha tenido. Sin embargo, considerarlo así equivaldría a desechar de la historia a todos aquellos precursores en la búsqueda de identidad nacional mencionados en los capítulos anteriores. El minimalismo es la continuación de esas búsquedas, ultimo antecedente de la inquietud por formalizar una identidad dentro de tantas manifestaciones extranjeras. (El periodo aproximado de gestación de este estilo es entre 1940 y 1980.) El análisis que se ha hecho alrededor de este estilo es todavía muy estrecho. Por ello las circunstancias mencionadas en esta guía como protagonistas de este estilo, no dejan de ser hipótesis que deberán manejarse con mucho cuidado. Esta arquitectura ha sido repetida formal y superficialmente, creando una desmedida utilización de los aplanados y los colores en la construcción. Su expansión se ha dejado ver en toda la Ciudad de México. Esto puede haber sido causado por criticas superficiales y referentes a la forma hecha por los arquitectos alrededor de esta arquitectura. La intención de este escrito es rescatar la esencia que da origen a este estilo, ya que tal vez siendo

conscientes de las enormes posibilidades que tiene esta arquitectura, exista la de análisis más profundos, que eviten la proliferación de burdas copias. Como se ha mencionado, el minimalismo tiene sus orígenes en las influencias de arquitecturas populares, mas no por ello se debe

pensar que es ésta una arquitectura popular. Contrario a ello, las obras que surgen en este estilo, no son comprensibles ni para las clases populares, ni para las clases adineradas. Es una arquitectura accesible a una pequeña élite, de alta sensibilidad artística. Las obras tienen relación directa con el hombre. Su esencia es la esencia del ser humano.


“Se establece una relación

dialéctica, viva, entre dos polos: por

una parte el usuario conformado por

una serie de valores, tradiciones,

formas de vida que lo hacen único y

distinto a los demás (en el tiempo y

en el lugar geográfico). El otro polo

es el objeto arquitectónico que a

su vez, estará conformado en primer

lugar por una coherencia total con su

causante (el usuario) y luego con

sus propios requisitos ontológicos particulares”

Alejandro Ramírez Ugarte

Luis Barragan

ITESO


El principal precursor de esta corriente fue el Arq. Luis Barragán, quien supo interpretar su momento histórico, con su arquitectura expresionista dentro de una sociedad que ya rechazaba la frivolidad de las arquitecturas racionalistas.


“Son poetas aquellos que

cualesquiera que sean sus creencias,

su lengua y su época logran expresarlas”

Octavio Paz


Barragán tuvo especial interés en los jardines como extensión de la arquitectura. Decía que a través de la jardinería se puede ejercer la imaginación y ese ayuda a olvidarse un poco del academicismo, también

en la arquitectura.1

En México los arquitectos (en aquel momento histórico), tienen los ojos puestos en los países desarrollados, en espera de la arquitectura que surgirá de la era postindustrial. Incluso ya se han difundido algunas obras que contienen acentos extranjeros a causa de la arraigada dependencia exterior. En contraste están las obras de Barragán, tales como su propia casa, la casa de los Giraldi, las cuadras Egerstrom, la urbanización de jardines del pedregal, entre otras.


“Luis Barragán es un maestro de

esa extrema dificultad que es la

sencillez.”

Guillermo García O. y Alberto Gómez B., Luis Barragán


1.- Entrevista hecha al Arq. Barragán, en 1962, por Alejandro Ramírez U.





NEOINDIGENISMO


Para este estudio consideramos como obras de estilo neoindigenista, aquellas que evocan las culturas prehispánicas como símbolos de nuestra cultura. Las tradiciones de la época prehispánica tuvieron múltiples

transformaciones a partir de la conquista española hasta nuestros días, pero nunca se han perdido; a pesar de la pugna de los españoles por acabar con las tradiciones culturales y religiosas, éstas han prevalecido. Sin embargo, no es sino después de la Revolución (1910), que son revaloradas. Recordemos que desde 1910 hasta aproximadamente mediados de los años 20, los grupos en el poder dieron apoyo al estilo neocolonial y a las obras influenciadas por las culturas prehispánicas, con el

objetivo de legitimarse. Sin embargo, en lo referente a la arquitectura neoindigenista, y a pesar del apoyo que el Estado dio a estas obras, su proliferación no ha progresado. Por lo tanto, se puede decir que, aunque nunca se perdió el interés por esta arquitectura en el siglo XX, tampoco se ha expandido su producción en México. Es por ello

que se solo se encuentran ejemplos aislados producidos en todo el siglo XX. A pesar de no haber tenido éxito, en el interior del país el neoindigenismo ha sido la muestra predilecta de nuestra cultura, en el exterior prueba de ello ha sido la elección que se ha hecho de obras neo-indigenistas para representar a nuestro país en las exposiciones internacionales. La falta de análisis e investigación sobre esta arquitectura dificulta entender las circunstancias por las cuales no ha sido aceptado el neoindigenismo en México. Sin embargo, las obras realizadas sugieren la hipótesis que el éxito no se ha consolidado por la falta de conocimientos del proceso histórico de las culturas prehispánicas, por parte de los arquitectos. El neoindigenismo no se ha actualizado. En su mayoría nunca han sido obras contemporáneas; su

quehacer es superficial y formal. Como en el minimalismo, en las culturas prehispánicas se estudiaba al ser humano: su esencia se encuentra en el hombre y por lo tanto se debería partir del análisis hecho por los filósofos, y transportarlo a nuestra época con contenidos comprensibles a las realidades actuales de nuestra sociedad. No podemos transferir la arquitectura copiada directamente del pasado, sin tener en cuenta la evolución que nuestra cultura ha experimentado en sus tradiciones. El Arg. Manuel Amabilis Narra, en el libro que describe el proyecto para el Pabellón de México en la exposición iberoamericana de Sevilla; “Como se servían (nuestros antepasados) de los objetos y seres materiales para expresar la vida que late en ellos, interpretándolos por esta vida, jamás por su materialidad”.

El principal precursor de este estilo es el Arquitecto Agustín Hernández Navarro (nace en la ciudad de México -1924-).

Una obra importante de este estilo es el museo de Antropología -1964-, Esta obra fue diseñada por los arquitectos: Pedro Ramírez Vázquez; Jorge Campuzano Fernández; Rafael Mijares. El museo de Antropología es una de las obras que representa la arquitectura mexicana contemporánea, en su esencia, al igual que en el estilo minimalista son espacios catárticos, con símbolos e imágenes abstractas que evocan las tradiciones, la poesía. El Arquitecto Jorge Campuzano es cuñado del Arq. Pedro Ramírez Vázquez (1919 – 2013), quien se casó con su hermana; Olga Campuzano Fernández (1926-1999), El Arq. Campuzano -1931- estudió en la UNAM, donde se recibió en 1957, y de acuerdo con las anécdotas de la obra del museo de Antropología (Rodrigo Alcocer, agosto 27 de 2014, Anécdotas de Antropología), de la cual el Arq. Jorge Campuzano fue el director de construcción, y quien es responsable que podamos disfrutar de la caída de agua en el espacio denominado coloquialmente “El Paraguas”. Así como del espejo de agua (estanque); fuente con los lirios acuáticos; escultura de caracol. El trabajo de equipo en esta obra fue magnifico (incluyendo al entonces presidente de México Adolfo López Mateos); el Arq. Ramírez Vázquez interpretó muy atinadamente la esencia de los espacios prehispánicos en sus volúmenes y plazas o plataformas, pero el acento que provoca que los espacios nos hablen, fueron creación del Arq. Jorge Campuzano. Es importante mencionarlo porque no debe haber sido fácil hacer estas intervenciones, imagínese usted la escena de el director de construcción platicándole al Arq. Ramírez Vázquez de conceptos de diseño, así que no es lejano el pensar que inteligentemente le dijo que sería conveniente esta caída de agua para evitar la acumulación de hojas en la cubierta, pero lo correcto es reconocer la enorme capacidad de diseño del Arq. Jorge Campuzano Fernández.

209 visualizaciones0 comentarios
bottom of page